Agradecer
La gente suele quejarse de que cuando las cosas van mal o tienen problemas sus amistades desaparecen, se borran como decimos acá. A mi ha pasado todo lo contrario.
La verdad es que desde que enfermé hace poco más de un año, salvo honrosas excepciones, ha aparecido gente de todos lados para darme su apoyo, su cariño, su compañía, palabras de aliento, oidos para mis quejas, abrazos sin palabras, alegría para mis días tristes, palabras sabias para calmar mis miedos...realmente todavía me cuesta creer. Han estado mis amigos de siempre (los más viejos y los más nuevos) y mi familia como es lógico (aunque a veces hasta esos fallan, pero no en mi caso), pero también han estado los amigos de mi hermano, mis vecinos , gente que hacía años que no veía, familiares de mis amigos, amigos de amigos, hijos de amigos, amigos de mi hija, mis profesoras de yoga y de vidrio, gente que conocía sólo profesionalmente, gente desconocida con los que me he cruzado circunstancialmente y en estos últimos meses la gente que visita mi blog... tanta gente... no quisiera olvidarme de nadie... Todos se han acercado de una manera tan generosa y estoy tan agradecida que no sé cómo devolver todo esto que recibo... es una bendición sentirse querida y acompañada en momentos así. Además estoy convencida de que si yo estoy saliendo adelante, si estoy bien contra todos los pronósticos desalentadores que había, es también por todo ese amor, por toda esa energía que me transmiten.
A veces me pregunto qué debo hacer para devolver aunque sea algo de lo mucho que estoy recibiendo y creo que el único modo es tenderle mi mano a otros que lo puedan necesitar. Tal vez contar mi experiencia para dar esperanzas a los que atraviesan situaciones similares y por supuesto decir gracias, gracias, gracias y mil veces gracias.